sábado, 17 de noviembre de 2018

Un Fondo Patrimonial para los Venezolanos: la propuesta de Leopoldo López y Gustavo Baquero



Como punto previo quisiera destacar la importancia que representa el hecho de que un político como Leopoldo López participe en el debate nacional con una propuesta concreta orientada a cómo administrar más eficientemente los recursos provenientes del petróleo, particularmente por lo que el petróleo ha significado y aún significa para el país y el mundo, en lo bueno y en lo malo.  

Justamente en 2014, al cumplirse los 100 años del descubrimiento del yacimiento de petróleo Zumaque I el 31 de julio de 1914, publicamos Carlos Tablante y yo la obra Petróleo: bendición o maldición, la cual compila 15 artículos científicos de autores venezolanos, latinoamericanos y europeos, entre ellos por cierto, uno del propio Leopoldo López, quien junto a Gustavo Baquero participaron como ponentes en el evento que dio origen al libro, realizado en la ciudad de Caracas el 10 de diciembre de 2012. En esa publicación se encuentran trabajos de expertos petroleros como Nelson Hernández, Diego González, Carlos Bellorín, al igual que académicos como Jorge Sánchez Meleán,  Carlos Mascareño Quintana, Víctor Hernández Mendible, con planteamientos igualmente destinados a abordar soluciones a la grave crisis que afronta la industria petrolera, agudizada en los últimos años.

La propuesta de los autores de la obra Venezuela Energética puede tener varias lecturas. Desde categorizarla como un sueño o una utopía, hasta concebirla como una hoja de ruta que lleva implícito un proceso de transformación política, financiera, tecnológica, social, cultural y geopolítica, para alcanzar lo que Leopoldo ha llamado la mejor Venezuela. De cualquier modo representa un análisis y un estudio agudo que ha puesto sobre la mesa, como bien lo dicen los autores, una cuestión clave que se debe considerar.
No obstante la buena intención que representa plantearse instituir un Fondo Patrimonial de los Venezolanos (FPV), entendido en el marco de un nuevo esquema de distribución de las riquezas provenientes de la explotación y comercialización de hidrocarburos, donde cada venezolano mayor de edad recibirá una alícuota en divisas para cubrir necesidades como: a. Póliza de hospitalización, cirugía y Maternidad; b. Garantías financieras para obtención y/o remodelación de viviendas o para gastos educativos y c. Fondo de ahorro para pensión, corre el riesgo de morir en el intento, debido fundamentalmente a la cruda realidad en que se encuentra tanto la industria petrolera como el país en general. La transformación que necesita el país deberá enfrentar variables conocidas y otras por conocerse, que exigirán de manera urgente la inversión de miles de millones de dólares, lo que podría afectar, sin duda alguna, la viabilidad financiera de la propuesta del FPV.

Entre tales variables podemos mencionar:

1
La necesidad de inmensos recursos financieros, para:

a.  La reconstrucción y reestructuración de la Industria Energética Nacional (Petróleo, gas y electricidad);
b. Enfrentar los altos costos de la deuda externa;
c. La reconfiguración de otros servicios públicos básicos como agua, saneamiento, salud, vivienda, entre otros;
d. El alto precio de combatir y reducir los altos niveles de pobreza y pobreza extrema.

2
En el ámbito legal y comercial:

a. Modificación de relaciones contractuales con países del Alba, Petrocaribe y el Fondo    Chino, que producen grandes pérdidas y daños patrimoniales al país;
b. Enfrentar las demandas contra PDVSA y sus filiales a nivel internacional y los altos costos que ello genera;
c. Recuperación de mercados petroleros perdidos;
d. Rescate del propio mercado interno de derivados de hidrocarburos.

3. 
En al ámbito geopolítico:

a. El surgimiento de nuevos competidores en la región como Brasil que se apuntala como gran exportador de petróleo, USA que ya se ha convertido nuevamente en una potencia petrolera probablemente exportadora a mediados de la próxima década, México que aspira recuperar su sitial como exportador de crudo y Canadá que ya ha asumido ese rol penetrando el mercado norteamericano;
b.  El crecimiento de las energías renovables en el mundo, que han demostrado no solo el potencial y la viabilidad económica, sino que ya constituyen una opción clara en el mediano y largo plazo (antes de 2030) de muchos países que hoy demandan hidrocarburos;
c.  Las prohibiciones de circulación de vehículos diésel en grandes ciudades europeas a partir de 2019 y la presión sobre los vehículos a gasolina que antes de 2040 deberían dejar de circular en muchas ciudades del mundo, particularmente en Europa;
d.  Descubrimientos de nuevos yacimientos de hidrocarburos.

4.
En el ámbito tecnológico:

a. Las nuevas tecnologías están modificando, a través de nuevos equipos y maquinarias más eficientes, los patrones de consumo de hidrocarburos;
b. El avance de la cultura del ahorro energético afectará cada vez más la movilidad y el consumo de petróleo, gas y carbón;
c. El avance de las tecnologías alternativas para el uso en el transporte, como la electricidad, reducirán los mercados de derivados de hidrocarburos;
d. El avance de las baterías de almacenamiento de energía eléctrica, del mismo modo afectarán el consumo de derivados de petróleo.

5.
En el Ámbito normativo nacional y global:

a. Las presiones y compromisos internacionales derivados del Acuerdo de París y otros instrumentos jurídicos que comprometen a los Estados a reducir sus Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para proteger la vida sobre el planeta y enfrentar el cambio climático, se corresponde con la ruta que marca el desarrollo sostenible y la agenda 2030, que pretende acelerar y consolidar un nuevo modelo de generación y consumo de energía en la cual se descartan las energías fósiles;
b. La legislación nacional que incorpora estándares internacionales en materia ambiental para reducir las EGEI;
c. El activismo judicial ambiental y climático ejercido por muchos jueces y tribunales que juegan un papel fundamental en detener daños ambientales y proteger la salud y la vida de las personas, lo cual tendrá un efecto importante sobre la puesta en marcha de nuevas políticas ambientales y energéticas a nivel regional, en especial en el ámbito del Sistema Interamericano de Derechos Humanos;
d. La cultura conformista construida forzosamente para beneficio del actual régimen, que demandará gran inversiones en recuperación de centros de enseñanzas, formación de maestros y profesores y desde luego el impulso de valores inspirados en la meritocracia.

Todos estos retos, y quizás más, deberán enfrentarse en el futuro cercano en una nueva política energética centrada en el petróleo y gas, en caso de producirse en el corto plazo un cambio de régimen en el país.

Indudablemente que la propuesta realizada por López y Baquero es desafiante y se suma a diversas iniciativas que buscan una salida y plantean un mejor futuro para todos los venezolanos. Sin embargo, como sugieren los propios autores, la creación de un FPV, debido a sus múltiples implicaciones, debe ser ampliamente analizada y discutida, particularmente porque encarna un nuevo paradigma en una realidad que le es muy adversa. Incluso, sería aconsejable examinar si un Fondo como el propuesto, podría integrarse también con recursos provenientes de otros campos en los cuales Venezuela cuenta con colosales riquezas naturales. El país, aparte de los hidrocarburos, dispone de minerales de alto valor, como hierro, aluminio, oro, bauxita, coltán, diamantes, entre otros, que están siendo sometidos al mismo saqueo, despilfarro y mala gestión  que el petróleo y el gas. 

Finalmente me gustaría incorporar a la agenda de debate sugerida por los autores, la necesidad de pensar en un nuevo modelo político que vaya acoplándose al proceso de transición energética que Venezuela debe iniciar muy pronto. Dicho proceso, centrado en el modelo energético del futuro, cimentado en las energías renovables y descentralizado, debe responder a otro tipo de relaciones políticas y de gobernanza, teniendo a la descentralización administrativa y de gestión como eje principal.

Bienvenida la propuesta y manos al debate!

jueves, 15 de noviembre de 2018

Conversatorio

El próximo Lunes 26 de noviembre de 2018, tendrá lugar en la sede de la Fundación Heinrich Böll Colombia la presentación del libro "Energía, cambio climático y desarrollo  sostenible: Impacto sobre los derechos humanos".
Asistirán como ponentes:
*Henry Jiménez - Coordinador de la obra
*María Victoria Calle - Ex presidenta de la Corte Constitucional
Dirección: Cl 37 No 15-40 Fundación Heinrich Böll Colombia
Hora: 6:00 p.m.
Inscripción previa: https://goo.gl/forms/NP3Cr7z88qk9chbd2

Transición Energética 4.0. Un Enfoque Multidimensional para la Justicia Climática y los Derechos Humanos

La Transición Energética 4.0 va más allá del simple reemplazo de fuentes energéticas para generar energías libres de emisiones, posicionándo...