La Comisión Europea creó un nuevo paquete de leyes e impuestos para la protección del clima que debe ser aprobado aún por el Parlamento y el Consejo Europeo.
La Comisión planea un hito en la legislación sobre la protección del clima. Al menos en cuanto a su dimensión. Se trata de cerca de 13 nuevos proyectos de ley o de reformas legales con los que el organismo superior de la UE quiere regular las emisiones de gases de efecto invernadero: "Fit for 55” se refiere a alcanzar un 55 por ciento menos de emisiones hasta 2030, en comparación con el año de referencia, 1990. Ese objetivo climático fue acordado por los países miembros del bloque en diciembre de 2020. El vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Pacto Verde, Frans Timmermans, presentó el miércoles (14.07.2021) los nuevos mecanismos de mercado, impositivos y de normas sobre emisiones y para la construcción con los cuales se planea llegar a esa meta. De ese modo, Timmermans marca el rumbo hacia el objetivo final, que debería llamarse "Fit for 100”: ya en 2050, Europa quiere ser el primer continente neutral para el clima del planeta.
Ampliación de comercio de emisiones y normas más estrictas
En el futuro, los barcos, como hasta ahora los vuelos intraeuropeos, podrán ser integrados al comercio de emisiones. El precio de los derechos de emisiones, que actualmente afectan a cerca de 10.000 empresas y productores del sector energético, aumentará. El número de derechos de contaminación disponibles deberá reducirse más rápidamente de lo que figura ahora en la legislación correspondiente. Todavía no queda claro si la Comisión Europea también incluirá al tráfico vehicular y a los edificios en el comercio de emisiones. Algunos países, como Polonia, consideran que eso sería un "suicidio”. Otros grupos elogian esa posible medida.
El "reparto de la carga” -es decir, los objetivos climáticos
nacionales de cada país miembro de
la UE en las áreas de agricultura, tráfico, el sector de la construcción y el
de los desechos, debe ser sopesado nuevamente. Alrededor de un 60 % de las
emisiones de la UE están cubiertas por este sistema. Cerca de un 40 % es
regulado a través del sistema de comercio de emisiones. Es decir, que el
reparto de cargas es el pilar más importante de la arquitectura climática, y es
el más controvertido, ya que los gobiernos deben, para atenerse a él, tomar
medidas vinculantes. Pero pueden decidir por sí mismos acerca de cómo generar
energía, y si esta es eólica, hídrica, a partir de biomasa o de energía
nuclear. Esas fuentes
son consideradas neutrales para el clima.
Nuevo impuesto ecológico en las fronteras externas de la UE
Las compañías que fabrican aluminio, acero, cemento, el sector productor de
abonos agrícolas, así como empresas generadoras de electricidad, estarán
protegidas, a través de ese impuesto, de los competidores en terceros países
que no están sujetos a normas tan estrictas. Asimismo, se evitará que las
empresas desplacen su producción, fuertemente regulada en la UE, hacia terceros
países en los que las leyes sean más laxas. De ese modo se quiere evitar una
"fuga de CO2” desde la UE hacia los Balcanes o Ucrania, por ejemplo. EE.
UU., China y muchos países en vías de desarrollo rechazan ese nuevo impuesto
porque argumentan que podría no cumplir con las normas de la Organización
Mundial del Comercio (OMC). Tampoco habrá excepciones al impuesto de límites de
dióxido de carbono para los países en vías de desarrollo.
Impuestos energéticos deben modificarse
La Comisión Europea propone modificar la fiscalización del petróleo, el
gas, la gasolina y la electricidad, que hoy todavía favorece a los combustibles
fósiles. Para los usuarios de gas, gasolina y petróleo, esa medida podría salir
cara, mientras la electricidad, que se usa masivamente para la
electromovilidad, podría abaratarse. En este punto, los Estados miembros
deberían unificar su criterio, lo que no resultó fácil en los últimos años.
Industria automovilística y movilidad: cambios profundos
No se prohibirán los motores a combustión en los vehículos, pero su uso
será tan caro que en 2030 costará mucho venderlos. La Comisión Europea
planea regular en su normativa sobre emisiones que la expulsión de CO2 de los vehículos se reduzca entre un 60 y un 90
por ciento. Eso también regiría para nuevos permisos de circulación dentro de
la flota de vehículos de un fabricante determinado. Hasta 2050, los vehículos
motorizados no producirían más emisiones. A más tardar a partir de ese año, ya
no se emitirían permisos de circulación para motores a combustión, a no ser que
puedan operar con combustibles vegetales. También se ampliará el fomento al
hidrógeno como combustible y a alternativas al keroseno para los aviones.
Los vuelos serán más caros
En los vuelos europeos será obligación, cada vez más, utilizar combustible
sostenible o "verde”. Hasta 2050, en más de un 60 por ciento. Dado que
actualmente son cinco veces más caros que el keroseno, los precios para vuelos
intraeuropeos aumentarán. La idea es, según Timmermans, volver poco atractivos
los vuelos cortos. Como alternativa, se planea ampliar la red ferroviaria. Pero
la CE no tiene nada en contra de un vuelo por año a Mallorca, dijo el comisario
europeo para Protección del Clima.
Compañías navieras deberán ser creativas
Para la navegación, la CE no planea, previsiblemente, cuotas para
combustibles alternativos o turbinas a gas. Pero sí habrá objetivos climáticos
fijos que las compañías navieras y los propietarios de navíos deberán cumplir
en varias etapas. El combustible, y cómo lo usan, quedará a su criterio en un
principio. Pero poco a poco, el tráfico naviero se integrará al comercio de
emisiones. Uno de los combustibles elegidos podría ser el gas licuado.
Electricidad ecológica y surtidores de energía eléctrica
La construcción de surtidores de carga para vehículos a electricidad y para
la carga con hidrógeno será una norma vinculante para los países de la UE.
Hasta 2030 se deberán construir tres millones de surtidores de acceso público.
Aún se deben unificar normas acerca de precios y regulaciones en el bloque
comunitario europeo.
Casas ecológicas
La comisaria de Energía de la UE, Kadri Simson, quiere un objetivo
vinculante de ahorro de energía a través del aislamiento para viviendas y la
construcción de edificios neutrales para el clima, así como de instalaciones
más eficientes de calefacción y aire acondicionado. En 2030 se espera que
lleguen a un 32,5 por ciento. El potencial de ahorro energético es alto. Sobre
todo los edificios públicos, los hospitales, las escuelas y las viviendas
sociales tendrán prioridad, advierte la CE.
"Sumideros de carbono” en la agricultura
A los sectores agrícola ganaderos, la UE quiere prescribirles que empiecen
a operar lo antes posible de manera neutral para el clima. Los agricultores y
silvicultores deberán probar que, por cada tonelada de CO2 que emiten, hacen
que una tonelada de ese gas sea absorbida por árboles o plantas. Esos
"sumideros de carbono” absorberían anualmente
unos 300 millones de toneladas de CO2. Esto
podría resumirse en una simple regla: por cada vaca que emita gas metano, deberá
haber tres árboles que puedan absorber esas emisiones perjudiciales para el
clima.
Estas amplias propuestas para nuevas leyes y para reformas legales deben ser negociadas y aprobadas aún por el Parlamento Europeo y -todavía más importante- por el Consejo Europeo, la representación de los países miembros. Para casi todas las medidas ya existen argumentos a favor y en contra, que serán presentados por ministros, diputados, grupos lobistas y activistas por el clima, según se vean afectados sus intereses. La aprobación de la legislación por los organismos de la UE podría demorar un año. Luego pasarían otros dos años hasta que el marco de la UE sea aplicado al derecho nacional de cada país. Pero la Comisión Europea planea regular ya algunos temas de camino hacia la legislación final, y esas normas regirían inmediatamente en todos los países miembros.
Fuente: Deutsche Welle