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Cambio Climático, Energía y Derechos Humanos, Desarrollo Sostenible, Transición, Eficiencia e Integración Energética
martes, 19 de noviembre de 2024
Transición Energética 4.0. Un Enfoque Multidimensional para la Justicia Climática y los Derechos Humanos
viernes, 15 de noviembre de 2024
COP29: Decisiones Vitales para un Planeta en Crisis (I)
Los
desafíos que enfrenta el mundo actual se intensifican a un ritmo sin
precedentes, colocándonos en una encrucijada donde nuestras decisiones, buenas
o malas, pueden marcar la diferencia entre la supervivencia y el desastre.
Ya
no se trata únicamente de guerras que desangran naciones y destruyen décadas de
progreso. Ahora enfrentamos una amenaza aún más temible: el cambio climático,
una crisis que comenzó a gestarse en el siglo XIX, cuando los combustibles
fósiles impusieron su dominio sobre las tecnologías más limpias. Hoy, esta
crisis se alza como una fuerza devastadora, capaz de arrasar en instantes lo
que las guerras necesitan tiempo y recursos para destruir.
La
reciente catástrofe en la Comunidad Valenciana, en España, es un ejemplo
sombrío de esta nueva realidad. La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha
golpeado con fuerza inusitada, dejando decenas de vidas arrebatadas y
exponiendo la fragilidad de las infraestructuras y políticas. Mientras tanto,
algunos políticos, aún protegidos por la última rama de un árbol tambaleante,
parecen ignorar los vientos de cambio que soplan con fuerza y que los harán
caer.
Pero
esto no es solo España. El planeta entero está en peligro. Las recientes
tragedias en Estados Unidos, Brasil, Colombia, Sudán del Sur, Filipinas,
Alemania, China, Chile, Puerto Rico y otros países nos recuerdan que ya no
existen refugios seguros. Esta crisis climática no discrimina fronteras, y sus
efectos destructivos están tocando cada rincón de la Tierra.
La
COP29, que se está desarrollando en Bakú, Azerbaiyán, ha comenzado
lamentablemente con mal pie. El presidente de ese país, Ilham Aliyev, ofreció
en su discurso inaugural declaraciones controvertidas al calificar a los
combustibles fósiles como "un regalo de Dios", defendiendo su uso
continuo y destacando la importancia del petróleo y el gas para la economía de
Azerbaiyán. Las reacciones no se hicieron esperar, y con justa razón, dado el
contexto de una cumbre dedicada a la reducción de emisiones, la eliminación
progresiva de los combustibles fósiles y la transición hacia energías limpias.
La
ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, respondió:
“Dios nos da regalos, pero siempre nos pide que seamos muy moderados. Por
ejemplo, si consumimos mucho azúcar, seguro que acabaremos diabéticos".
Además, fuera del foco de la cumbre, Aliyev aprovechó de cuestionar
a Francia en el reciente conflicto de Nagorno Karabaj y calificó como
“crímenes” las acciones del “régimen” de París en el territorio de Nueva
Caledonia, provocando que Francia retirara a su principal negociador de la
cumbre debido a lo que considera acusaciones “inaceptables” e “injustificables”
del presidente de Azerbaiyán.
Por
lo tanto, observamos un inicio turbulento que podría, ojalá que no, complicar
las discusiones y desviar la atención de los objetivos principales de la
cumbre.
Otro
aspecto que llama la atención son las ausencias
de líderes clave, como los presidentes Joe Biden, Xi Jinping, Vladimir Putin,
Emmanuel Macron, el canciller Olaf Scholz, Luiz Inácio Lula da Silva y la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Argentina, por órdenes
de Milei, retiró su delegación que ya se encontraba en Bakú. Estas ausencias
generan preocupación sobre el compromiso y la eficacia de las negociaciones en
la COP29, especialmente en un momento crítico para la acción climática global.
Particularmente
preocupante es la divulgación sin escrúpulos de argumentos que se creían
superados, como los expuestos
por Milei: “Lo más cruel de la agenda ambiental es que los países ricos,
que se hicieron ricos explotando legítimamente sus recursos naturales, ahora
pretenden expiar sus culpas castigando a los países más pobres e impidiéndoles
desarrollar sus economías por un presunto crimen que no cometieron.”
Si
bien es cierto que los países ricos alcanzaron su desarrollo en gran medida
explotando recursos naturales y emitiendo gases de efecto invernadero,
perpetuar ese modelo en los países en desarrollo es una receta segura para
agravar aún más la emergenciasosten climática actual. De lo que se trata es de
promover un crecimiento económico sostenible y resiliente. La transición a las
energías limpias no es un "castigo"; es, por el contrario, una
oportunidad para aprovechar tecnologías innovadoras, incluso más económicas que
las fósiles, para generar energía, crear empleos verdes y reducir la
dependencia de recursos agotables y contaminantes.
Además,
los efectos del cambio climático golpean más fuerte a los países en desarrollo,
con desastres naturales que causan pérdidas económicas y humanas devastadoras.
Ignorar esto en nombre de un “derecho” a explotar los recursos es condenar a
estas naciones a enfrentar una crisis ambiental y humanitaria de proporciones
catastróficas. La lucha contra el cambio climático y la reducción de la quema
de combustibles fósiles es, en última instancia, una cuestión de justicia y
equidad: si todos los países adoptan modelos de desarrollo sostenibles, es
posible construir economías fuertes que respeten y preserven el planeta para
las generaciones futuras, asegurando así un porvenir más justo y seguro para
todos.
Los
desafíos de esta COP29 y de las que vendrán en los próximos años se
intensificarán frente a la incertidumbre que genera la reelección de Donald
Trump y su intención de retirar
nuevamente a Estados Unidos del Acuerdo de París. Además, el auge de sectores
negacionistas del cambio climático en otras regiones, incluida Europa, podría
complicar la ruta hacia el cero emisiones a mitad de siglo. Sin embargo, la
resiliencia de la comunidad internacional, el compromiso creciente de actores
subnacionales, empresas y ciudadanos y ciudadanas, y los avances tecnológicos
en energías limpias nos recuerdan que el progreso es posible. Este es el
momento de redoblar esfuerzos, consolidar alianzas y demostrar que un futuro
sostenible está al alcance, si actuamos con decisión.
viernes, 8 de noviembre de 2024
XVI Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional
Entre el 21 al 25 de octubre de 2024 se celebró en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, el XVI Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, “El Constitucionalismo para la Democracia del Siglo XXI”.
El evento internacional contó con la participación de 300 ponentes de 25 países y 27 entidades de México, quienes durante una semana expusieron trabajos de investigación de manera presencial y virtual.
La metodología consistió en la participación de los ponentes y el público en mesas de discusión para analizar temas como la justicia constitucional, la independencia judicial, la reforma constitucional de México, la democracia, el federalismo y el estado de derecho. Asimismo, se llevó a cabo una mesa de trabajo sobre ambiente y energía, en la cual tuvimos el honor de participar. con la ponencia: "Transición energética. Un enfoque multidimensional para la justicia climática y los derechos humanos".
Seguidamente el enlace donde se puede acceder a todas las ponencias.
Mesas Ponentes | Congreso IIDC
Posteriormente el día 28 de octubre tuvimos la oportunidad de participar en otro evento en la UNAM titulado Emergencia Climática y Derechos Humanos, el cual contó con la participación de Marisol Anglés (UNAM-organizadora), Florian Huber (Fundación Heinrich Böll-coorganizador), Oneyda Cáceres (Jueza ambiental de El Salvador), Soledad García (profesora visitante de Georgetown University Law Center), Aquilino Vázquez y numerosos estudiantes.
viernes, 19 de julio de 2024
III CONGRESO INTERNACIONAL DE REGULACIÓN, PROSPECTIVA Y DERECHOS HUMANOS EN SALAMANCA
Entre el 8 y el 12 de julio pasados, en cooperación con la Universidad de Salamanca, la RICEDH participó en el III Congreso Internacional de Regulación, Prospectiva y Derechos Humanos.
Representantes de 10 países se congregaron para analizar los instrumentos jurídicos que garantizan los derechos de las generaciones presentes sin comprometer los derechos de generaciones futuras, donde la prospectiva se convierte en un mecanismo que garantiza la justicia intergeneracional. Por otro lado, se hizo énfasis en el derecho al debido proceso administrativo y judicial como garantía de los derechos de las personas: procedimiento de emisión de normas, actos administrativos y control judicial contencioso-administrativo.
De nuestro lado, hicimos una propuesta conceptual respecto de la transición energética 4.0, entendida como una estrategia para enfrentar el cambio climático que significa mucho más que sustituir fuentes de energía.
La colega profesora Zulima Sánchez coordinó, junto a su equipo de trabajo, este magno evento. También participó el Prof. Armin von Bogdandy, director del Instituto Max Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional de Alemania, ubicado en Heidelberg.
Les dejo el enlace del programa para ver los detalles del III Congreso Internacional Regulación, Prospectiva y Derechos Humanos - Programa
Otro evento importantísimo en el cual participamos fue en la defensa de la tesis doctoral "Explotación minera de tierras indígenas. Garantías jurídico-administrativas para su equilibrio con los derechos humanos y ambientales" de la ahora Dra. Carolina Ferro Trigueiro de Sousa de Brasil, donde fuimos parte del tribunal evaluador, conjuntamente con los colegas María Fuentesana Gómez Mansera, catedrática de la Universidad de Murcia, y José María Pérez Monguió, catedrático de la Universidad de Cádiz. La tesis en referencia fue supervisada por la profesora Zulima Sánchez Sánchez. Como recuerdo, la siguiente foto:
sábado, 11 de mayo de 2024
Vermont aprueba una ley para que las petroleras paguen por el cambio climático y vienen 4 más: Maryland, Massachusetts, California y Nueva York
La vieja aspiración del movimiento ambientalista de responsabilizar a las empresas contaminantes por sus acciones está más cerca de cumplirse en Vermont, estado del noreste de Estados Unidos, en la frontera con Canadá. Ambas cámaras del parlamento en Burlington, la capital del estado, aprobaron esta semana un proyecto de ley diseñado para hacer que las grandes petroleras paguen por los daños causados por los desastres del cambio climático, costos que ascenderían a miles de millones de dólares.
El proyecto de ley fue aprobado con una abrumadora mayoría tanto en el Senado (26 votos a favor, tres en contra) como en el Congreso (94-38), y ahora regresará a la cámara alta para una segunda votación, antes de ser enviado al gobernador republicano Phil Scott para su firma. Una vez que se completen estos procedimientos, la Ley de Superfondo Climático, como se la ha denominado, se convertirá en la primera de su tipo en Estados Unidos. Cuatro estados (Maryland, Massachusetts, California y Nueva York) están a la mitad de sus respectivos procesos para introducir una legislación similar. También es previsible que la aprobación del proyecto de ley marque el inicio de una feroz batalla en los tribunales, con los abogados de esas grandes empresas buscando cualquier vacío legal para no pagar.
Vermont se inspiró en un programa de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en Washington que obliga a las empresas contaminantes a limpiar sus desechos tóxicos o pagar al gobierno de los Estados Unidos para que las autoridades se encarguen de ellos.
Para dar cuenta de lo que se debe, el texto regulatorio incluye herramientas para calcular en qué medida el cambio climático ha contribuido a los eventos climáticos extremos en Vermont, y cuánto le cuesta al estado esos fenómenos, algunos tan recientes como las inundaciones del verano pasado. Para ello, se tendrán en cuenta los daños causados en ámbitos como la economía, la salud pública y la biodiversidad. Una vez determinada esa cantidad, se distribuye en función de las toneladas de dióxido de carbono que cada empresa afectada por la ley emitió entre 1995 y 2024. Para este cálculo, se utilizará la base de datos elaborada por International Carbon Majors, que indica los mayores contaminadores privados del planeta.
Mosquitos y gigantes
Para dar una idea de la lucha desigual que se avecina en los tribunales, el senador republicano Randy Brock, que votó en contra de la ley, argumentó que “solo ExxonMobil tiene ventas anuales de 344.600 millones de dólares, y Vermont tiene un presupuesto anual de alrededor de 8.500 millones de dólares”. “Somos un mosquito comparado con un gigante”, afirmó.
De los estados que podrían seguir el ejemplo de Vermont, la iniciativa de Nueva York es la que más ha avanzado, y el Senado aprobó el texto de un proyecto de ley similar. En Washington, dos senadores demócratas, Bernie Sanders –sin duda el político más conocido del despoblado estado de Vermont– y Chris Van Hollen (Maryland) intentaron introducir una disposición para que las empresas contaminantes paguen por el cambio climático en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), firmado por el presidente Joe Biden en el verano de 2022. Fue uno de los principales logros legislativos del primer mandato de Biden, así como la legislación más importante aprobada en Estados Unidos para abordar los efectos del cambio climático, aunque no llegó tan lejos como el proyecto de ley de Vermont. Si hubiera sobrevivido en el borrador del IRA, les habría costado a las grandes petroleras alrededor de 500 mil millones de dólares, según la iniciativa, que se llamó Ley del Fondo Climático que quien contamina paga.
En julio pasado, lluvias devastadoras e inusuales devastaron Vermont, dejando dos muertos y alrededor de mil millones de dólares en daños. Otro episodio de fuertes lluvias se produjo en diciembre de 2023. En ese momento, el gobernador Scott, que no apoya el negacionismo del cambio climático de otros republicanos, dijo: “El cambio climático es real. No creo que nadie deba sorprenderse por esto. No creo que podamos utilizar los métodos tradicionales de las tormentas de 100 años. Lo hemos demostrado con Irene, las inundaciones de julio y, apenas cinco meses después, otra tormenta”. Irene fue el nombre que los meteorólogos dieron a un huracán que devastó la costa este de Estados Unidos en 2011, pasando factura especialmente a Vermont, un estado cuyos residentes son conocidos en el resto del país por tener una estrecha relación con la naturaleza.
New York - MAY 10, 2024 - 09:16 GMT+2
Vermont passes bill to make oil companies pay for climate change | Climate | EL PAÍS English (elpais.com)Transición Energética 4.0. Un Enfoque Multidimensional para la Justicia Climática y los Derechos Humanos
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